Hay siempre un algo
especial en todo lo que obtenemos, y más en su primer semana de adquisición,
por lo general (si no es que siempre) cada que hacemos una compra adquiere un
poder adjunto, y volvemos a ser niños (si es que ya no lo somos), nos envuelve
en su practicidad, novedad, utilidad, belleza o curia. A mi forma de ver su
vigencia de cautivación varía, puede ser una semana, un par de días o meses,
pero no duran tanto.
Los zapatos o ropa
por ejemplo, tienen un imán por querer cubrir ese cuerpo en cuanto esté
desnudo, y por lo general muero por usarlo en cuanto la primera oportunidad
esté presente, en casos extremos, terminas combinando lo incombinable, según el
límite de desesperación.
Cualquier aparato
tecnológico, por lo general viene a cubrir una necesidad o hacer lo que mejor
saben hacer, facilitarnos la vida, considero que los artículos de tecnología
son en los que la chispa de emoción es más prolongada, la fecha de caducidad es
más extensa. Por ejemplo hasta el día de hoy sigo fascinada con mi celular, y
como es de mejora constante (el mismo) ahora con updates aquí, descarga
aplicaciones acá, conéctate aquí,chismeale acá, #youtubeamesta, lol. En fin el
punto es que no me aburro de el y sigue cargando mis ojitos de ese brillo especial.
Mismo que a veces me mantiene enferma por tanto refresh que hago.
En cuanto a
comidas, eso de tener el antojo y sin estar embarazada es horror (cabe aclarar,
que jamás he experimentado la diferencia entre los casos) llevo meses con
antojo de helado o frappe, a raras webas horas de la noche, como para
levantarme de la cama y chutarme el trafico o los semáforos, aunque su fecha de
caducidad expira rápidamente y evapora
con la misma de manera instantánea ese
antojo feroz, que de repente suele darme, no quiero imaginarme el tormeto de
las embarazadas. Ya que estamos en esto de comidas, entre mis trastornos más
recurrentes están los pretzels de azúcar con canela, Moka frappé, Caramel macchiato, carne asada, helado,
y por supuesto soy una chica de chicken wings for life y…y…eso es otro post.
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There is always something special about all we get, and more in its first week of purchase, usually (if not always) every time we make a purchase has enclosed power and we turn into being children (if we're not already), we are surrounded by its practicality, novelty, utility, beauty or curia. In my view the effect of captivation varies, it may be a week, a couple of days or months, but not last as long.
Shoes or clothing for example, are a magnet for wanting to cover as that body is naked, and usually can not wait to use it as the first opportunity to be present, in extreme cases, end up combining the uncombinable, as the limit of despair.
Any technological device, usually comes to fill a need or do what they do best: make life easier, I think technology items are in which the spark of excitement is longer, the expiration date is more extensive. For example until today still fascinated with my phone, and as constant improvement (same) now updates here, download applications here, login here, here chismeale, # youtubeamesta, lol. Anyway the point is that I'm bored of it and continue to charge my eyes of that special glow. Sometimes it keeps me sick so I do refresh.
As for meals, that have the will and not pregnant is horror (it is clear, that I have never experienced the difference between cases) took months to crave ice cream or frappe, a rare webas at night, to get up bed and chutarme traffic or traffic lights, though its expiration date and expire quickly it evaporates instantly that craving fierce, often suddenly give me, I do not imagine the tormeto of pregnant women. Since we are in this meal, in my most frequent disorders are the cinnamon sugar pretzels, Mocha Frappe, Caramel macchiato, roast beef, ice cream, and of course I am a girl of chicken wings for life and ... & that's another post.